Como no podía ser de otra forma, hoy te hablo de mujeres arquitectas que dejaron una huella imborrable en esta disciplina, y que todavía siguen pisando fuerte
8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer; un día para reivindicar, pero también para echar la vista atrás, recordar todo el camino recorrido, y buscar inspiración en todas aquellas mujeres pioneras y sobresalientes para tomar impulso.
Sería imposible hablar de todas ellas en una sola publicación y hacer justicia a su trayectoria y a todo el valor que aportaron, así que hoy te hablo de cuatro de ellas.
¿Qué encontrarás en este artículo?
Mujeres arquitectas a través de los siglos
En la historia de la arquitectura, como en cualquier disciplina, siempre podemos encontrar mujeres que desafiaron el statu quo de su tiempo para ejercer su profesión en campos dominados por hombres.
A lo largo de la historia, se tienen registros de mujeres que practicaron lo que entendemos como arquitectura, tanto antes como después de que existieran estudios formales. De ahí que conozcamos nombres como Katherine Briçonnet o Plautilla Bricci, que ya diseñaron palacios y capillas en los siglos XVI y XVII, respectivamente.
En Europa, las primeras mujeres en poder realizar formalmente estudios de arquitectura fueron las finlandesas, con Signe Hornborg a la cabeza, a finales del siglo XIX.
Pronto, muchas mujeres seguirían su estela a través del continente, y del mundo entero.
A hombros de gigantes: Arquitectas de principios del siglo XX
Ya en el siglo XX, el estudio formal de la arquitectura está extendido en escuelas y universidades alrededor del mundo. Por supuesto, las mujeres no tardarían en hacer su aparición, dejando claro que estábamos allí para quedarnos.
Te hablo de dos de las más reconocidas, aunque como ya sabes, hay muchas más:
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Matilde Ucelay
En España, la primera mujer en terminar sus estudios de arquitectura fue Matilde Ucelay Maórtua, licenciándose un año antes de lo previsto en junio de 1936. El mismo Colegio de Arquitectos de Madrid celebró su logro, un acto al que incluso acudieron personalidades políticas de la Segunda República. Además, Ucelay llegó a formar parte Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid durante tres meses.
Por desgracia, estos fueron tiempos convulsos, y ella, como muchas otras mujeres, se vio seriamente afectada.
Al término de la Guerra Civil, y dado su cargo en el gobierno republicano, fue juzgada e inhabilitada para ejercer cargos públicos de por vida, pese a que testificaran a su favor numerosas personas. Además, también fue inhabilitada de su profesión durante cinco años. Pero, aunque este fuera un duro golpe, Matilde Ucelay se las ingenió para poder seguir ejerciendo su profesión.
Desde que comenzara a ejercer en los años 40 hasta que se retirara en 1981, ella continuó trabajando pese a todo, dejándonos alrededor de 120 proyectos. Los primeros de ellos, dada su inhabilitación, fueron firmados por amigos y compañeros de profesión.
La mayoría de sus trabajos fueron encargos de gente de la alta sociedad madrileña, entre ellos muchos extranjeros y mujeres. Esto le permitió desarrollar un estilo enfocado en las viviendas de alta calidad, poniendo siempre atención a los detalles, a la relación de las construcciones con su entorno y a la vida de las personas que iban a habitar dichas viviendas.
Entre ellas, cabe destacar la Casa Oswald, situada en la urbanización madrileña de Puerta del Hierro, entre las calles Guisando y Turégano. Esta vivienda, realizada en los años 50, ejemplifica todas las características de sus diseños, basándose en la sencillez y el orden.
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Charlotte Perriand
Al hablar de Charlotte Perriand, es tentador asociarla a sus trabajos realizados en conjunción con el icónico arquitecto Le Corbusier, ya que ella trabajó en su estudio como responsable de mobiliario e interiores.
Sin embargo, aunque este sea un hito importante en su carrera, Charlotte Perriand es una figura autónoma que aportó un valor incalculable a todos sus diseños, rompiendo con el academicismo y la rigidez que la precedieron gracias a su visión artística, y dando así lugar a una concepción más moderna y de la arquitectura interior. Además, también fue fundadora junto con René Herbst y Pierre Chareau la Union des Artistes Modernes, que buscaba innovar el mundo de las artes decorativas mediante la aplicación nuevos materiales y técnicas.
Es más: es difícil imaginar cómo entenderíamos el interiorismo sin el impulso que le dio a la concepción del mobiliario como algo funcional y ligado al espacio que ocupan.
Cuando analizamos el trabajo de Perriand, vemos cómo hizo posible que desde entonces, y hasta hoy, vemos estructuras ligeras, pero robustas, el uso de materiales prefabricados, y elementos fácilmente transportables, funcionales y ajustados ergonómicamente, tanto a las personas como a los espacios. Todas ellas cosas que ahora nos parecen evidentes, pero que no lo eran tanto en su tiempo.
Para muestra, un botón: si miras algunos de sus diseños más emblemáticos, te parecerá estar viendo una colección que bien podría haberse creado hoy en día. Por ejemplo, la Librería Nuage, el Chaise longue Tokyo o el conjunto mobiliario Maison du Brésil.
Las laureadas: Arquitectas que consiguieron el Pritzker
La manera más rápida de definir Premio Pritzker sería describirlo como los premios Óscar de la arquitectura. Cada año, un arquitecto o arquitecta recibe este premio como reconocimiento a la creatividad, innovación y funcionalidad de sus obras; en los últimos años, el aspecto social de las obras también es un fuerte elemento.
Desde el 1979, el primer año en el que se hizo entrega de este premio, ha habido seis mujeres galardonadas: Zaha Hadid (2004), Kazuyo Sejima (2010, junto a Ryue Nishizawa), Carme Pigem (2017, junto a Ramón Vilalta y Rafael Aranda), la dupla integrada por Yvonne Farrell y Shelley McNamara en 2020 y Anne Lacaton (2021, junto a Jean-Philippe Vassal).
Hoy, quiero hablarte de las dos primeras, y te invito a leer más acerca del resto de ellas y sus obras.
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Zaha Hadid
Zaha Hadid es, tal vez, la mujer arquitecta más conocida, y no es para menos. Su trabajo irrumpe en el horizonte de las construcciones contemporáneas, llevando a cabo formas y estructuras que, en muchos casos, no se habían logrado antes.
Su trabajo es un referente del movimiento arquitectónico del deconstructivismo, que se caracteriza por la libre exploración de las formas y los volúmenes sin las restricciones de las construcciones convencionales, rompiendo las reglas previas de la arquitectura.
En el caso de Hadid, esto se traduce en el uso de volúmenes curvos en sus construcciones, que hace que aun a día de hoy destaquen estéticamente.
En España, tenemos la suerte de poder visitar el Pabellón-Puente que diseñó con motivo de la Expo de Zaragoza de 2008; una estructura con forma de tubo, cuyo diseño deja entrar la luz de maneras diferentes dependiendo del tramo, y que cruza de orilla a orilla el río Ebro.
Otros de sus edificios notables son el Museo MAXXI de Roma, o la Ópera de Guangzhou, en los que también podemos apreciar su particular estilo.
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Kazuyo Sejima
Kazuyo Sejima no solo recibió el premio Pritzker en 2010, sino que además también fue nombrada parte del jurado de dichos premios en 2018.
El proceso de sus proyectos está ligado a la arquitectura diagramática, teniendo en cuenta las muchas maneras en las que diferentes personas pueden usar un edificio, presentando así una conciliación entre lo virtual y lo real.
Por otro lado, sus obras siempre tienen un componente fluido, transparente y etéreo. En sus propias palabras, «La arquitectura es la forma en que las personas se encuentran en el espacio». Y así lo vemos en las obras firmadas por el estudio SANAA, fundado por ella y Ryue Nishizawa.
El resultado son edificaciones de aspecto luminoso y sutil, pese a estar construidos en hormigón o aluminio. Espacios sinuosos, de límites difusos, en el que el interior y el exterior nunca están del todo separados, y en el que la delimitación de funciones es fluida.
Ejemplo de ello es el Rolex Center, parte de la Escuela Politécnica Federal de Lausana en Écublens, Suiza. Un edificio cuya base ondulada toca el suelo tan solo en algunos puntos, creando suaves curvas en el interior diáfano. La luz entra a través de los laterales totalmente acristalados, da una sensación de apertura al conjunto y hace que el espacio exterior sea también parte del interior.
Sigue construyendo el presente y el futuro
Sean cuales sean tu ocupación y tus objetivos, espero que esta selección de mujeres arquitectas y todo lo que consiguieron te hayan inspirado para continuar tu camino. Si te interesa este tema, también te recomiendo leer este artículo de blog, donde te hablo de otras cinco arquitectas que han inspirado y enriquecido mi estilo y que también han dejado su impronta en la manera en la que entendemos los espacios que creamos.
Por mi parte, yo sigo al pie del cañón, siempre en busca de inspiración y nuevos desafíos con los que poder ayudarte a hacer que tu hogar cobre vida.
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¡Feliz Día, mujeres!
Recuerda que puedes encontrar muchos más trucos, consejos… en nuestras categorías de DECORACIÓN PARA PISOS PEQUEÑOS y CÓMO CONSTRUIR UNA CASA